Estimado amigo de Israel:
En la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre del
2012, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hizo sonar una alarma. "A
estas horas", dijo, "sólo hay una manera de prevenir pacíficamente que Irán
consiga tener armas nucleares. Esto es mediante la colocación de una línea roja
clara sobre el programa nuclear de Irán". El primer ministro ilustró su punto de
forma gráfica al mostrar la imagen de una bomba indicando la primera, segunda y
últimas etapas del enriquecimiento de uranio y entonces trazar una línea roja en
la parte superior de la bomba justo debajo de la palabra "final".
El
primer ministro recibió algunas críticas por su discurso. El dibujo que mostró
era simplista. Parecía el tipo de bomba que el desventurado coyote solía
lanzarle al correcaminos en los dibujos animados antiguos. Hubo críticos de
Israel, e incluso amigos, que dijeron que el uso de una representación gráfica
ordinaria por parte de Netanyahu para ilustrar su punto significaba que no se
toma el asunto muy en serio.
Pero por supuesto, el primer ministro
hablaba en serio. Para Israel, el trazado de líneas rojas y la toma de medidas
cuando se cruzan esas líneas rojas, es una cuestión de vida o muerte. Israel no
hace amenazas vacías, porque simplemente no puede darse el lujo de hacerlo. Los
peligros que enfrenta son demasiado graves y sus enemigos están demasiado
cerca.
Otra línea roja se cruzó recientemente. Después de prometer que no
se les permitiría a los terroristas de Hezbolá, basados en el Líbano, recibir
armas del brutal régimen de Bashar Assad en Siria, Israel detectó que se estaban
enviando armas, incluyendo misiles avanzados de tierra a tierra, a través de
Siria hacia el Líbano. Israel respondió lanzando dos ataques aéreos en Siria que
destruyeron las armas y mataron a decenas de tropas élite sirias.
Certero
como un reloj, algunas de las mismas personas que antes habían estado
denunciando fuertemente la brutalidad del régimen de Assad, reprendieron a
Israel por los ataques. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a
"todas las partes a ejercer la máxima calma y moderación", como si Assad, el
presidente de Siria que ha matado cerca de 100.000 de sus propios compatriotas
en un intento desesperado por aferrarse al poder, tuviera algún interés en
solucionar la guerra civil en Siria pacíficamente. La inferencia fue que las
acciones de Israel fueron impulsivas y podrían conducir a un conflicto regional
más amplio. De hecho, los ataques israelíes estaban destinados a precaver este
conflicto, evitando que armas letales más sofisticadas llegaran a manos de
terroristas comprometidos a destruir a Israel.
Como en el pasado, Israel
seguirá haciendo lo que tiene que hacer para sobrevivir. Seguirá trazando líneas
rojas que son razonables y cuyo propósito es salvar las vidas de ciudadanos
israelíes inocentes. Tal vez la simplicidad de la ilustración de Netanyahu en la
ONU fue completamente apropiada. Mantenerse fiel a su palabra no es complicado,
y no debería ser complicado defender una nación, Israel, que es un faro de
libertad en una región llena de regímenes opresores y despóticos.
Con
oraciones por shalom, la paz,
Rabino Yechiel Eckstein
Fuente: http://www.fraternidadinternacional.org/site/PageServer
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¡BENDICIONES Y SHALOM!
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Hace 3 meses
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