Estimados amigos: Aunque aquella noche Rivkah tenía muchas razones para renunciar, ella tenía una razón muy valiosa para perseverar. Sabe, Rivkah también estaba luchando por la vida de su hijo por nacer. "Cuando mi marido me dio una patada en el estómago en el séptimo mes de embarazo, supe que era hora de irme", recuerda ella arrepentimiento. Así que tomó acción. Se necesita una gran cantidad de valor para que una mujer sin habilidades para trabajar ni pertenencias, salga por la puerta de su casa hacia lo desconocido. "De inmediato me aceptaron con los brazos abiertos y cálidas palabras, y me dieron seguridad, vivienda, alimentación y todo lo demás que necesitaba", recuerda. Sin embargo, cuando una mujer como Rivkah encuentra la fortaleza para huir de la violencia doméstica y comenzar su vida desde cero, se necesita algo más que un lugar seguro para vivir. Así como Rivkah, muchas mujeres vienen a nosotros sin ninguna educación u ocupación, y sin poder ganarse la vida para escapar de la dependencia económica, física y emocional de las relaciones abusivas que padecen. Lo que estas mujeres más necesitan es una oportunidad. El entrenamiento que recibió Rivkah la hizo una madre fuerte y segura, y dentro de un año fue capaz de salir del refugio. Ahora alquila un pequeño apartamento con su hijo, y comenzó un negocio de cosmética en la casa que le permite ser económicamente independiente el primer capítulo de una historia de éxito que nunca habría sido posible sin amigos generosos como usted. Lamentablemente, por cada mujer como Rivkah que podemos albergar en nuestro refugio, hay cinco o seis mujeres con sus hijos a las que no podemos amparar a causa de la falta de espacio y fondos. Es por eso que hoy recurrimos a usted en busca de ayuda. Bendiciones desde Israel,
Yael Eckstein
Vicepresidenta Ejecutiva
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