Por Adalberto Ranssell-Levis
PALESTINA: Esta región fue conocida anteriormente con el nombre de Judá (Judea), el Emperador Romano Publius Aelios Adrianus, la rebautizó en el año 135 era cristiana, después del levantamiento en arma de los judíos (Adrianus nació el 25 de enero del año 76 era cristiana en la ciudad Aelia Augusta Itálica, en Hispania, Adrianus era sobrino de Trajano). La guerra entre judíos y romanos se extendió desde año 132 hasta el año 135 era cristiana. Debido a los grandes contratiempos creados por los sediciosos, Roma se sintió ofendida, por lo que procuró darles un durísimo escarmiento a los irredentos judíos. A causa de ello los Hijos de Jacob sufrieron vejaciones de toda índole. Adrianus hubo de tomar cuantas medidas tuvo a la mano con el fin de humillarles, impidiéndole a los hebreos que entraran a la Ciudad Santa, incluso les prohibió visitar los escombros del Segundo Templo, que era y aún es el lugar más sagrado para los judíos. El Emperador rebautizó a la provincia de Judea con el nombre de PHILISTINUS, eso fue al terminar las reyertas en el año 135 era cristiana. El vocablo PHILISTINUS está relacionado con los antiguos y odiados enemigos del pueblo de Israel, aquellos los P`lesheth o filisteos, Hijos de Caftor (Creta) (Deuteronomio 2:23; Amos 9:7; Jeremías 47:4). La raíz de la palabra Palestina proviene del latín tardío PHILISTINUS, a su vez ésta tiene origen en el vocablo griego PHILISTINOI, que en hebreo פְלִשְׁתִּים, pəlištīm lit, o P`lesheth (Pelesete), la etimología semítica P-L-SH, en hebreo significa “secesionista”, “intruso”, “atravesar”, “invasor”, “migrante. Los filisteos o P`lesheth (palestinos) son mencionado por primera vez en una de las inscripción del templo de Medinet Habu, construido durante el reinado de Ramsés III (1186 a 1155 a. C.) de la XX Dinastía. Esta inscripción celebra la victoria de los egipcios sobre los Pueblos del Mar. En el segundo pilar de dicho templo podemos leer: “Entre ellos se encontraban como aliados los “Peleset” (palestinos), los Thekker, los Shekelesh, los Denyen y los Weshesh. Ellos se introdujeron en todos los países hasta los linderos de la tierra”. La mención de los “Peleset” o Akkadian Palastu, también pudiera ser Palusata; quizás ese fue el nombre que estas tribus utilizaron para identificarse así mismas.” “Prst”, en la versión egipcia original, se puede vocalizar “prst” “Pulasati”. Otra referencia a los P`lesheth aparece en el Papiro Harris I, papiro que es una especie de resumen o síntesis del reinado de Ramsés III escrito durante el reinado de Ramsés IV.”
Adrianus también se empeño en ponerle un nuevo nombre a la ciudad de Jerusalén, capital del antiguo…
…reino hebreo, pero esta denominación tuvo mucho menos suerte; Júpiter Capitolinos-Aelia Capitolina. Es bueno señalar que algunos historiadores están en desacuerdo con la fecha en que comenzó a llamársele Palestina al reino de Judea, exponiendo que fue algún tiempo después al año 135 d.C. Hay documentos que respaldan esta última opinión: “Hasta el periodo de ocupación de Roma esta área del Oriente Medio (después designada como Palestina) fue subdividida en provincias independientes o reinos… pero nunca unida por una designación colectiva. La extensión del nombre Palestina más allá de los límites de Filistea apropiadamente no es más vieja que el periodo Bizantino.” (Enciclopedia Británica, ed. 11, Vol. 20, Pág. 601). Otra prueba está en los libros del Nuevo Testamento, véase: “En el año decimoquinto del reinado de tiberio Cesar, cuando Poncio Pilato era gobernador de Judea…” (Lucas 3:1) o lo expuesto en el mismo Libro (Lucas 1:5) parece dejar una clara respuesta: “Sucedió que en los días de Herodes rey de Judea, hubo cierto sacerdote de nombre Zacarías…” Es bueno saber que la obra de “Lucas” fue redactada entre los años 70 y 80 d. C. La afirmación tiene base sólida ya que “Lucas” utilizó en sus investigaciones el evangelio de Marcos, la mayoritaria de los eruditos coinciden en que el Libro de “Marcos” fue escrito entre los años 62 y 70 era cristiana, es seguro entonces que el libro de Lucas vio la luz en fecha posterior al de Marcos. De lo antes expuesto se puede asegurar que el término Palestina jamás fue utilizado en la Biblia para designar a un área geográfica o individuos que tuviesen relación con los palestinos actuales. Hacia el año 1000 a.C. los filisteos son derrotados militarmente por el rey David, no obstante un pequeñísimo grupo de ellos sobrevive en la Franja de Gaza, mientras David continuó reforzando sus dominios por medio de pactos con ciudades fenicias como la Tiro e impone su jerarquía sobre el territorio de Moab y Edom. A la muerte del rey David le sucede en el trono su hijo Salomón, el que grava con fortísimos tributos a los habitantes de los doce distritos en que dividió el territorio de Israel y Judá. Salomón fallece en el año 930 a.C. y su hijo Roboam es designado sucesor pero no es aceptado como soberano, por lo que se fracciona el territorio en dos reinos: el del Norte o Israel con diez tribus y capital en Samaria y el reino de Judá con capital en Jerusalén. En época de Tigla Pileser III (744-727 a. C.) los hebreos estaban divididos debido a que unos proponían luchar contra asirios y otros deseaban consolidar la paz. Sin cohesión política eran muy vulnerables, y esto muy seguramente facilitó que Salmanasar V invadiese y derrotase en el año 721 antes de Cristo al reino de Israel, mientras Sargón II deporta a su población y de igual manera arremetía contra los filisteos (Palestinos) hasta casi exterminarlos. Mas, un reducido, insignificante y decadente grupo de filisteos milagrosamente pudo sobrevivir y mantenerse en la zona, para reaparecer en la historia en el siglo II antes de Cristo, precisamente son los israelitas los que vuelven a mencionar en el Primer Libro de los Macabeos capitulo 3, versículo 24 a los filisteos (Palestino hijo de Caftor o Creta). Posteriormente nunca más se oyó hablar de ellos, así también dejaron de “existir” las Diez tribus de Israel, pues una mayoría de ellas emigraron sobre la costa del Atlántico y sobre la costa mediterránea, dándole nombre a la Península Ibérica. Volviendo el meollo de la cuestión es correcto asegurar que Palestina es un vocablo reciente y distante con relación a los árabes que reclamaban la tierra de Israel, tierra que según los árabes-palestinos es la tierra de sus ancestros. Esa afirmación carecía de respaldo histórico, arqueológico, teológico y literario… Los árabes se apropiaron del término, palestinos, después que Israel proclamó su independencia el 14 de mayo de 1948. Tan cierto es que no existe un sólo documento, organización, bandera o emblema que mencione un pueblo árabe-palestino antes que los judíos declarasen su independencia. Más bien la palabra Palestina estuvo asociada desde los tiempos de Adrianus a los judíos y no a los árabes, ejemplo: los batallones Palestinos que participaron de manera voluntaria en las unidades del ejército británico en la Segunda Guerra mundial, estaban compuestas exclusivamente por judíos y en ningún caso por árabes. El “BANCO LEUMÍ”, uno de los más grandes de Israel, primeramente se llamaba “BANCO PALESTINO”. La organización “THE UNITED PALESTINA APPEAL” (EL LLAMADO A LA UNIDAD PALESTINA) de ninguna manera fue un movimiento islámico o árabe, si no que era el nombre que llevaba una publicación de la Organización Sionista Norteamericana. Después de conocer el origen del vocablo Palestina, y tener claro que sólo a partir del año 135 era cristiana la región se conocería como Palestina, es pues prudente decir que el nuevo nombre sólo fue utilizado popularmente mucho tiempo después y asociado a los judíos hasta el año 1948 era de Cristo. Existen documentación árabe que confirma que tanto la cultura como la religión siempre fueron predominantemente judías, veamos: En el año 1377 d. C. el historiador árabe Iban Khaldun expone lo siguiente: ‘La soberanía JUDÍA en la tierra de ISRAEL dura más de 1400 años… Fueron ellos los que implantaron la cultura de asentamiento permanente.’ Aun podemos encontrar documentación más antigua que refleja la permanencia de los judíos en la zona y su papel dominante desde el punto de vista étnico-cultural. Muqaddiasi por el año 985 era de Cristo se queja que en Jerusalén la mayoría de la población era judía por lo que ` la Mesquita está vacía y sin adoradores ´ El historiador James Paker escribió: ‘Durante el primer siglo después de la conquista árabe (670-740 era cristiana) el califa y los gobernadores de Siria y la Tierra Santa reinaban enteramente sobre súbditos cristianos y judíos. Aparte de los beduinos en tiempos precedentes, los únicos árabes eran las guarniciones’. Así también El “noble” CORAN nos revela en la ‘Suera del Viaje Nocturno’ 17:104 lo que viene: ‘Y después les dijimos a los hijos de Israel: Habitad la tierra (Santa) y cuando llegue la promesa de la Última Vida os haremos venir a todos juntos.’
¿QUIENES SON LOS HEBREOS? ESOS JUDIOS
La palabra hebreo es con bastante certeza una desfiguración del vocablo hapiru, abiru o íberu. En las tablillas y las inscripciones mesopotámicas se menciona un grupo concreto de semitas con el ideograma SA:GAZ, o como hapiru, abiru o íbiru, Según el celebre historiador Paul Johnson, ya en la Edad del Bronce Tardío las fuentes egipcias se habían referido a estos semitas como un grupo especial. Habiru (bien pudo haber sido Hiberu). En fin parece ser un término despectivo según nos aclara Johnson, aplicándose a gentes no urbanas difíciles y destructivas que se desplazaban de un lugar a otro y que no poseían hábitos regulares… sin embargo su cultura era más desarrollada que la de la mayoría de las tribus del desierto. Los egipcios no podían clasificar a estos hombres por lo que siempre estuvieron recelosos de ellos. A veces servían como mercenarios. ‘Algunos ocupaban empleos en el gobierno de los faraones. Eran servidores o caldereros y buhoneros. Usaban asnos con que se desplazaban en caravanas o eran mercaderes. En ocasiones adquirían considerables riquezas en forma de rebaños y seguidores, obtenían tierras a través pactos, comprándolas o por la fuerza, solían crear pequeños reinados Cada grupo hiberu tenía un jefe guerrero. Eran capaces de reunir hasta mil hombres para atacar o defenderse…’ El patriarca de los judíos Abraham era un hiberu o habiru. El terminó habiru, aunque se aplicó por mucho tiempo a cualquier pueblo de los que vivían al margen de la ley, sirviendo como soldados de fortuna o actuando como auténticos forajidos que ocupaban tierras pertenecientes a otros pueblos, utilizando cualquier vía para conseguir sus fines. Fueron pues los filisteos los que viendo el parecido en el modo y forma en que se comportaban los facciosos y disconformes hombres de David lo que hubieron de llamarles hebreos, quizás queriendo decir habiru o iberu. Al respecto podemos leer: ‘The Early History of Israel’ trad. Por David Smith, Westminster Press, Filadelfia, 1978, Pág. 215. ‘La banda de forajidos reunidos por David tenía extraño parecido con los movimientos de los belicosos y sediciosos habiru que figuran en los textos de la ciudad de Mari y en el mural egipcio de Amarna. Es más, la condición de David y sus hombres de guerreros al servicio de los filisteos, quienes los consideraban mercenarios y les llamaban ‘los hebreos’, es casi exactamente igual a la de las compañías de los habiru que sirvieron a los (…) distintos regidores de Palestina durante la campaña de Amarna’. Por otra parte algunos estudiosos consideran que ante los inminentes y sucesivos destierros o años de sequías que azotaban la zona, partidas de individuos relativamente numerosas pudieron salir desde Israel a la Península Ibérica, ocupando las costas del Mediterráneo y del Atlántico meridional. Siendo esta la causa por lo que la región fue bautizada con el nombre de Iberia y su río más importante con el nombre de Ebro. La relación fonética de palabra habiru o iberu como se puede apreciar con bastante claridad que es una desfiguración fonética muy sutil o débil. Es pues que pasa de habiru o iberu a hebreo y por último a íbero. Para ser más exacto, etimológicamente ‘Iberia: proviene de la palabra Ibriya “La Hebrea”, por tanto el gentilicio Ibero sería el equivalente a Ibrim, que significa; hebreos.’ Nombres de algunas ciudades españolas como Granada y Barcelona son de indiscutible origen semítico. Barcelona proviene del hebreo Bar-shela-no “nuestra costa” y Granada en la misma lengua, es Ger-anat que es su más antiguo nombre y que significa ‘Campo de Refugiados’ nombre que muchos siglos después los árabes trasformaron en Garnata, es decir Alyahud, “Granada de Judíos”. Del mismo modo Cataluña es un nombre árabe que significa ‘Castillo de Judíos’ El Libro bíblico de Abdías (Ovadia) en el versículo 20 habla de una profecía sobre el regreso de hebreos de las tierras de Sefarad (España), es claramente apreciable que los hebreos estaban en tierras ibéricas, en cuestión Abdías dice: ‘Y los cautivos de esta huestes de los hijos de Israel, los que están entre los cananeos hasta Seretta (Tzafat) y la cautividad de Jerusalén que está en Sefarad (S’ farad) poseerán las ciudades del sur.’ La posibilidad que los íberos tengan origen hebreo según lo los estudios del Padre Alejandro Diez Macho, profesor de la universidad de Barcelona, uno de los primero en advertir que el abecedario íbero tiene veintidós letras, mientras que el abecedario proto-hebreo posee veinticuatro letras. El hebreo pertenece a la familia de las lenguas semíticas occidentales y entre ellas al grupo de las cananeas junto al domita, al moabita y al “Kana`ana” or “Kinajnu” o fenicio que era como le nombraban los griegos a estos cananeo septentrionales, que otrora habitaron la zona sudoriental del golfo de Iskenderun. Entre las letras íberas y hebreas coinciden o mejor dicho son idénticas, veintidós. El alfabeto hebreo está entre los más antiguos del mundo. En el año 2005 era cristiana los arqueólogos descubrieron en Tel Zayit, lugar situado a ‘medio camino entre Jerusalén y el Mediterráneo, un alfabeto (hebreo) arcaico inscrito en piedra caliza que data del siglo X antes de la era cristina. Durante los trabajos arqueológicos dirigidos por el profesor Yosef Garfinkel en Khirbet Oeiyafa, cercana al Valle de Elan fue descubierta una inscripción escrita en hebreo y que como ya he señalado pertenecía al siglo X antes de Cristo, dicha inscripción fue hecha con tinta sobre un trozo de cerámica Trapézoidal de 15 cm x 165 cm. No hay duda que los hebreos era un pueblo alfabetizado. (Ver Números 5:23, Josué 24:26) Es indiscutible que al menos existió una relación culturas entre los íberu y los íberos. En el Libro II de Esdras hay referencia al éxodo de Diez y media tribus de Babilonia (Babilonia estaba al Este de Jerusalén) en dirección a los países del Norte, coincidiendo esa fecha con el mayor asentamiento de los íberos en la costa atlántica y mediterránea de la Península Ibérica. Este último apunte es reforzado por el Libro de Zacarías 2:6 y 7.
¡Contra la verdad, no hay argumentos!
Los mentirosos apoyan la inexistente "Palestina", pero los verdaderos apoyan y ayudan Israel.
¡Dios bendice Israel e Shalom!
No hay comentarios:
Publicar un comentario