Querido amigo de Israel,
A medida que el verano comienza a disiparse, pasamos mucho de
nuestro tiempo esperando. Los alumnos están esperando, algunos con
temor y sus padres con entusiasmo el comienzo de un nuevo año
escolar. Los judíos esperan ansiosamente los Días Más Sagrados de Rosh Hashanah y Yom Kippur
el próximo mes. Muchos agricultores, con sus cultivos casi en
ruinas, esperan desesperadamente la lluvia que nunca parece llegar.
A lo largo de los EE.UU., personas de todo el espectro político
están esperando ver el resultado de las elecciones presidenciales en
noviembre. Y el mundo libre está a la espera de ver si finalmente Irán
construirá las armas nucleares que parece estar empecinado en tener, y
si Israel se verá obligado a atacar preventivamente para neutralizar
esta amenaza que se asoma sobre su existencia.
El mundo también espera ver si los países árabes tomarán un giro
completo hacia el fundamentalismo islámico. Un miembro de la Hermandad
Musulmana ahora gobierna Egipto, donde 17 soldados fueron asesinados
por terroristas a principios de esta semana. Cuanto más se apodera el
fundamentalismo islámico de esta región, mayor es la amenaza para
Israel, la única democracia en el Medio Oriente.
Esperar siempre ha sido y siempre será una parte muy importante de nuestras vidas. Debemos aceptar este hecho y ocuparnos de cómo
esperamos. Esperar nos pone impacientes e incómodos. Es difícil vivir
con incertidumbre, especialmente cuando se sabe que muchas cosas están
fuera de nuestro control. Nuestro primer impulso sobre todo cuando los
eventos están ocurriendo en un escenario global es apretar los
dientes y aguantar pasivamente hasta que se resuelva el problema.
Sin embargo, como personas de fe, creo que somos llamados a algo
más. Aunque nuestros recursos puedan ser limitados, tenemos las
promesas de Dios y Su presencia que siempre está con nosotros, no sólo
como consuelo pasivo, sino como fuente activa de fortaleza. Pienso en
las palabras de Dios a Josué justo antes de que los israelitas
entraran a la Tierra Prometida. Habían estado vagando durante 40 años,
en espera del cumplimiento de la promesa de Dios. Moisés había muerto y
Josué acababa de asumir el liderazgo del pueblo. Allí estaba él, al
punto de ver cumplida la promesa de Dios, esperando saber qué iba a
pasar. En este momento crítico, Dios le dijo: “Escucha lo que te
mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el
Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.” (Josué 1:9)
Esta es la actitud que debemos asumir hoy, mostrando fortaleza
en nuestras convicciones y permaneciendo siempre osados y valientes en
nuestras acciones. No podemos simplemente contener la respiración, o
sumirnos en la frustración por acontecimientos que parecen estar fuera
de nuestro control. En tiempos de incertidumbre y espera, debemos
mantenernos firmes en nuestra fe. Ciertamente, esto no significa
adoptar un optimismo superficial de que las cosas saldrán bien. Sabemos
que el mundo está lleno de peligros, y que podría haber pruebas
delante de nosotros. Por el contrario, confiar en Dios significa
permanecer fiel en medio de esas pruebas, incluso a pesar de ellas.
Esta es una lección que nos será muy útil, no sólo hoy sino siempre, en
los buenos y en los malos tiempos.
En oración pidiendo por shalom, la paz,
Rabino Yechiel Eckstein
Fuente: http://www.fraternidadinternacional.org/site/PageServer
Donación: https://secure3.convio.net/ifcj3/site/Donation2?df_id=1620&1620.donation=form1&s_src=SPComm&s_subsrc=EAX1012XXSGXX&JServSessionIdr004=blokthy5s2.app333b
Momentos en la Tierra Santa: http://momentosentierrasanta.org/
¡Bendiciones y Shalom!
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